De todos los cañones de la Sierra de Guara, el que durante años ha sido el mas visitado ha sido el Descenso del Rio Vero. Lejos quedo aquel “boom” de hace 12 o 15 años en los que se llego a contabilizar mas de 2000 barranquistas en una misma jornada. Aquello fue excesivo, pero sin duda era un reflejo de lo que se estaba empezando a mover dentro del ocio, el turismo activo en la Naturaleza.
Este Cañón, uno de los mas espectaculares del macizo de la Sierra de Guara ha atraído a los amantes del Barranquismo por su escasa dificultad y gran riqueza paisajística.
Consta de recorridos entre inmensos bloques (caos), tramos de cauce abierto y soleado, pasillos inundados, pasajes de ambiente espeleologico, etc…Todo el esta declarado Parque Cultural por sus numerosos abrigos decorados con pinturas rupestres y en su discurrir encontramos ademas, eremitorios ocultos, restos antiquisimos de obras hidráulicas, puentes medievales, antiguos caminos de carboneros, etc…
La relación de los habitantes de Alquezar, Asque, Lecina ha sido intima y su conocimiento del rió era profundo puesto que en muchos aspectos dependían de el para el sustento.
Supuestamente fue descendido por primera vez por los franceses Minvielle y Thuilleaux en el año 1965, pero a decir de las gentes mayores de la zona, este río se recorrió con respeto, siempre, ya fuera para ir a pescar, para recoger boj para hacer cucharas, para cultivar pequeñas fajas suspendidas en los acantilados del cañón (árticas), etc…Mucho tiempo antes de que los franceses pasaran por allí.
Hoy en día, el descenso del Rio Vero es considerado uno de los descensos más bellos de todos los Pirineos, aunque habrá que estar mínimamente en forma para soportar con “gallardía” sus 6 horas de fácil descenso.
La recompensa es grande.
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