“Yo le dije a mi madre que me iba a las montañas a vivir de la caza. Me dijo: hijo, las montañas son para las fieras y para los salvajes. Y yo le contesté: madre, las Montañas Rocosas son la médula del mundo. Y vive Dios que tenía razón”.
Cuando vimos esta película, siendo chavales, paso a encajarse definitivamente en nuestro inconsciente… todos los chicos del barrio queríamos ser Jeremiah Johnson. Todos queríamos trascender los límites de nuestro pequeño mundo y sentir la libertad de las Tierras Salvajes. Vivir aventuras con tramperos, indios, buscadores de oro en una Naturaleza soberbia…en definitiva, ser los dueños de nuestro destino en aquellos momentos de búsqueda.
Las aventuras de Jeremiah Johnson es una película de 1972 protagonizada por Robert Redford y dirigida por Sidney Pollack. En el contexto norteamericano de los años 70 , el filme pro-medio ambiente y antisistema, cautivó al público.
Cansado de la civilización, Jeremías Johnson, un soldado federal que huye de la guerra mexicana, decide abandonarla y dirigirse a las heladas montañas. Allí comenzará a luchar para sobrevivir. Es el sueño de la vida de un hombre que depende sólo de sí mismo y de la Naturaleza, libre de los miedos que le hagan caer en una cautividad que sólo aparentemente es más confortable.
Jeremiah Johnson emprende un viaje solitario a las montañas. Un viaje que tiene mucho de iniciático… Así comienza este apasionante western ecologista sobre la soledad, la supervivencia y la búsqueda de uno mismo. El paisaje se convierte en un personaje más de una película llena de espíritu aventurero de principio a fin, gracias a unas imágenes desbordantes de poesía y de naturaleza, un portento de intensidad narrativa y visual que te hace estar allí, en medio de la nada. Y en realidad en medio de todo. Una obra magistral.
¡Animo, vamos a verla..seguro que después, cabe mas oxigeno en nuestros pulmones!